Son muchas las series que se han estrenado este año 2014. En esta ocasión me centraré en dos de los estrenos más aclamados por el público de esta temporada: True Detective y Orange is the new black.
Cole y Piper, o mejor dicho, los dos protagonistas a descubrir. A pesar de no tener nada en común estas dos series, ambas han conseguido engancharme desde el primer capítulo. La ficción americana nunca dejará de sorprenderme, supongo.
True Detective ha irrumpido en el panorama televisivo como un éxito en mayúsculas. No es raro verla situada entre las mejores series de drama de la última década, incluso por delante del mismísimo Walter White. Y razones no le faltan: la primera de ellas se llama Marhew Mcconaughey y la segunda Woody Harrelson, en el papel de productores y de pareja protagonista. Una pareja de "polis" como las de antes. Con sus problemas, sus lios de faldas, sus peleas y su camaradería típica de las series policíacas estadounidenses (nunca llega a desaparecer).

Aunque sólo sean 10 capítulos, vais a desear no haberla visto para poder verla por primera vez, y fijaros en todos y cada uno de los detalles. Si hay que destacar algo además de la interpretación, es la fotografía. cuidada, grandiosa, espectacular.
Y luego está Piper, una pija del este de Estados Unidos, quien tras pasar una juventud algo confusa, por fin decide encauzar su vida. Lástima que tenga que ingresar en prisión por haber llevado alguna que otra maleta con droga por varios aeropuertos internacionales. Vale, puede que la premisa no sea muy potente, pero da igual, porque las historias de las reclusas que acompañan a Chapman (así es como se llama a la gente en la cárcel, por el apellido) son lo suficientemente buenas para seguir viendo esta serie. No espereis ver puntos en común con Prison Break, Orange is the New Black es un universo propio.
